Me quejaba yo ayer en mi columna de El Mundo de que el gran farsante de La Moncloa no había dado a conocer la carta que envió al Rey de Marruecos, que fue gracias él a quien la conocimos. El martes se la filtraron a El País, que la publicaba ayer. El ministro de Asuntos Exteriores ha dado a entender que conoció la carta ayer por el diario a quien se le filtró.

Es el acabose. Impresiona la carta por sus carencias sintácticas, desbarres protocolarios y alguna coma que otra, ya desde el destinatario: Su Majestad el Rey Mohamed VI. Rabat (Marruecos). ¿No sería más propio ‘Su Majestad Mohamed VI. Rey de Marruecos. Rabat’? Tenía razón Cuca Gamarra al preguntar al ministro quién había escrito la dichosa carta. Pero bueno, es que ayer me gustó hasta Aitor Esteban, no digo más.

Bueno, sí hay más, claro: El segundo párrafo, que empieza diciendo “Nuestros dos países están indisolublemente unidos” añade a continuación “estoy convencido de que nuestros dos pueblos también lo son”. Ser y estar, la même chose para el analfabeto (o la analfabeta, claro) redactor o redactriz de la infausta misiva, si no la perpetró Sánchez por su propia mano. Luego, en el cuarto párrafo, cambia sorprendentemente  el tratamiento, que había comenzado en plan reverencial (Vuestra Majestad) y pasa a tratamiento llano con singular mayestático: ‘tiene (usted) mi garantía’ para volver al ‘Vuestra Majestad’ en el quinto párrafo e incurrir en una clamorosa discordancia de género al relacionar “la relación privilegiada entre nuestros dos países hermanos (…) y reiterar nuestra determinación para afrontar juntas los desafíos comunes”. Si no fuese por la cuestión ideológica parecería que ese ‘nuestros’ y ese ‘juntas’ lo habría redactado Irene Montero. ¿La “cooperación gestión de los flujos migratorios”? ¿Y cómo van a afrontar juntas tal cosa? Pues “actuando siempre con un espíritu de total cooperación y restablecer la plena normalidad en la circulación de personas y bienes…” Actuando y restablecer.  Valle Inclán habría recomendado desconfiar de esta gentuza: tiene la sangre cargada de gerundios. Y de infinitivos. Total, a ellos ¿qué más les da?

En el sexto y último párrafo vuelve a liarse el abajo firmante al anunciar que fijarán una fecha (ya está fijada, es el 1 de abril) para la visita a Rabat “del Ministro de Asuntos Europeos, Unión Europea y Cooperación”. José Manuel Albares es ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, pero con las prisas no iba a estar a los detalles.

En la despedida vuelve a cambiar el tratamiento: “Le ruego acepte (usted), Majestad, la expresión de mis más distinguidos sentimientos”. ¿Distinguidos sentimientos?

La prensa marroquí, lo contaba ayer ‘The Objective’ llamaba a Ceuta y Melilla ‘ciudades ocupadas’. ¿Dónde está el reconocimiento por Marruecos de la integridad territorial de España? Hoy, el titular de portada de Marisa Cruz en El Mundo da en el clavo: “Rabat reventó la estrategia de Sánchez al ‘jugársela’ con la carta”.

Max Tena tiraba de ironía: “Exitazo, dice Iceta: que Marruecos renuncia a territorios que no son de Marruecos, gracias a que nosotros les reconocemos territorios que tampoco son de Marruecos”.

Vengo explicando la perplejidad que me produce esa ola de admiración que se extiende en la opinión publicada por la genialidad de Sánchez que, por lo visto, tiene garantizada la Moncloa hasta 2030 y más allá, aunque yo no concibo esa razón. El único ditirambo razonable lo ha publicado Tsevan Rabtán: “Jugada maestra de Sánchez. Le manda una carta incomprensible a al rey marroquí para que no sepa a qué atenerse”.

José Fdez. Torres traía material para distinguir entre el relato y los hechos. Un tuit del PSOE de Almería afirmaba: “Los socialistas hemos estado comprometidos desde hace 143 años con el campo español. Los señoritos de las derechas mienten”. Detrás, una confesión de Zapatero, de la razón por la que se cargó el Plan Hidrológico Nacional: “Derogué el trasvase del Ebro para cumplir mi compromiso con Cataluña”.

Ayer dábamos cuenta del acuerdo entre el PP y Vox para reducir el número de parlamentarios en la Asamblea de Madrid, que no será aprobado porque no alcanzan la mayoría de dos tercios necesaria para ello. La izquierda se opone encarnizadamente. Un tonto impresionante que firma como Daniel Viondi, lo explicaba en Twitter: “Se empieza reduciendo diputados/as y se acaba sin elecciones. Populismo y autoritarismo son lo mismo. Esa es la derecha madrileña”.